China y su “espectáculo” industrial


Madrid

La verdad es que en el último tiempo estamos asistiendo a una brutal industrialización de China que afecta peligrosamente a su territorio y a sus habitantes. Y aunque el país de Confucio esté en todo su derecho de alcanzar el desarrollo, no es posible que el mundo occidental haga la vista gorda o no le interesa desvelar la caótica ‘transformación/destrucción’ del país asiático para no perjudicar así la ‘ganga’ que significa el proceso productivo de las grandes multinacionales en la ‘Dragón Asiático’.

Sin embargo, pese a las restricciones a la libertad de prensa de la dictadura del ‘Estado dos sistemas’, aún quedan artistas y cineastas que se sumergen en las cloacas del crecimiento mundial para informar a los ciudadanos sobre el mundo que se esta dejando a las futuras generaciones.

Este movimiento artístico, nacido para desvelar los impactantes efectos del hombre en el planeta, se le llama Cine Solidario y aborda temas como la sobreexplotación masiva de recursos naturales, la destrucción del medioambiente, la integración social, el respeto por los animales o el comercio justo.

El documental ‘Manufactured Lanscape’ dirigido por la canadiense Jennifer Baichwal es parte del cine comprometido que nos ofrece, a través del trabajo fotográfico a gran escala del reconocido artista Edward Burtynsky, un recorrido por la China industrial y también por los astilleros de Chittangong en Bangladesh

Edward Burtynsky es conocido por sus paisajes industriales. Sus fotografías son aquellas en las que registra minas, canteras, depósitos de residuos, campos petrolíferos, un paisaje que ha sido calificado de bello y horrible, grotesco y maravilloso, al mismo tiempo. “La transformación de la naturaleza mediante la industria es un tema predominante en mi obra; la cual presento comparándola con las grandes edades del hombre, desde la edad de piedra hasta los minerales, el petróleo, los transportes, etcétera”, declaró el artista.

Como artista se vincula a la antigua tradición de paisajistas norteamericanos: sus imágenes, de gran formato, están cuidadísimas en cuanto al detalle, el color, la composición, el punto de vista. En definitiva, su fotografía va más allá del documental y posee una intencionalidad artística, pero el motivo con el que trabaja Burtynsky es un paisaje desgarrado y brutal.

“Estas imágenes son como metáforas sobre el dilema de nuestra existencia moderna: buscan el diálogo entre la atracción y la repulsión: la seducción y el miedo”, acotó.

Sus fotografías retratan lugares solucionados, cicatrices de la industrialización, ruinas y desechos. Pero no se trata de sólo de representación de un entorno destruido. En sus imágenes hay algo más: la desmesura. Estos lugares adulterados son grandiosos: por esta razón se ha calificado el arte de Burtynsky como sublime, en el sentido romántico del tema.

“Estamos siempre atraídos por el deseo – es una suerte para poder vivir bien- sin embargo, sabemos consciente o inconscientemente que el mundo sufre por nuestro éxito”.

Paisajes Transformados

El documental ‘Manufactured Lanscape’ comienza con un plano de la industria más grande del mundo, generadora de todo tipo de accesorios eléctricos y donde trabajan alrededor de 300 mil chinos. Con esta toma se pretende dar un panorama del nivel de producción que se esta generando cada segundo en China.

Luego la cámara de Baichwal, siguiendo los pasos del fotógrafo Burtynsky, nos muestra como los llamados e-waste invaden los pueblos rurales de China. E- waste es el nombre con que se le denomina a todos los computadores desechados por Europa y América (o que han cumplido su vida útil). Estos viajan a China para extraerles todos los metales que tienen incorporados ya que sirven para mantener el proceso de industrialización del país.

De esta manera, los campesinos han cambiado sus trabajos en la huerta por reciclar PCs, que expelen sustancias tóxicas, y que pueden provocar la muerte o graves enfermedades pulmonares.

Otra singular imagen de ‘Manufactured Lanscape’ es la construcción de la Represa más grande del Mundo, “Las tres Gargantas”, que obligó a destruir 8 pueblos y a evacuar un millón de personas hacia otras latitudes en China.

En el otoño de 2002, Edward Kurtynsky decidió fotografiar la destrucción masiva causada por la inundación del valle de Yangsé (Chang Tieng), en la provincia de Hubei. La obra que debe ser terminada en el 2009 ha sido puesta en marcha con la esperanza de asegurar progreso económico y prosperidad. Sin embargo, la destrucción de la región puede traer consecuencias ecológicas imprevisibles.

La cineasta Jennifer Baichwal señaló en Madrid, donde asistió a la muestra de cine solidario, que el artista Burtynsky se destaca por mostrarnos con sus fotos el problema del medio ambiente de una manera mucho más directa. “No realiza fotos educativas sino que nos deja ser testigo de sitios a los cuales no tenemos acceso y nos cambia la percepción intelectual, emocional sobre los efectos del crecimiento voraz y que la educación no puede expresar”.

Asimismo, la canadiense declaró que su intención no era acusar a China ni a su revolución industrial. “Queríamos generar una posición, en todos los espectadores y también en quienes estamos ayudando, sobre esta magnitud de producción en China. Porque al final, todos los productos chinos son consumidos por Occidente”.

El documental ‘Manufactured Lanscape’ está prohibido en China y la creadora norteamericana contó que la empresa Mattel, involucrada hace unos meses en la comercialización de juguetes con altos niveles de plomo, “no nos dejó entrar en su industria pese a que pasamos casi 5 años en conversaciones con ellos para grabar y sacar fotos de sus industrias”.

Sin duda otra de las imágenes potentes sobre esta China, que crece a velocidad de la luz, es la repoblación y urbanización que está aplicando el gobierno día a día. Por ejemplo, Shangai, es la ciudad con más crecimiento urbano del mundo y en el último año recibió la friolera cifra de 7 millones de personas desde los campos.

La magnitud en el proceso de modernización ha traído consigo que todas las casas viejas deban ser reemplazadas por edificios modernos. Pero la gente se niega a abandonar sus hogares. “La actitud de no vender ni irse de sus casas que han tomado los vecinos son los primeros signos de democracia que hay en el país”, concluyó Baichwal.

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