Un documento clasificado revela la estrategia de las autoridades chinas para "gestionar" a los periodistas extranjeros

Reporteros sin Fronteras hizo público un documento, clasificado y conseguido de fuentes chinas, que define la actitud que hay que adoptar con los periodistas extranjeros, antes y durante los Juegos Olímpicos de Pekín.

Aunque las autoridades incitan a los funcionarios a dar muestras de apertura ante los medios de comunicación internacionales, también les animan a controlar mejor la información y a influir en ella.

"En enero de 2007, las autoridades chinas adoptaron una nueva regulación para los periodistas extranjeros, más liviana que la precedente. Pero, paralelamente, dieron consignas para intentar influir en el contenido de los medios extranjeros. Si bien es cierto que algunos de los elementos que contiene el documento evidencian una auténtica preocupación por proporcionar mejor información a los periodistas extranjeros, también pone de manifiesto que las autoridades no han abandonado nunca su deseo de censurar la información", ha declarado Reporteros sin Fronteras.

"Mientras la antorcha olímpica llega a Pekín, pedimos al Comité Olímpico Internacional que condene cualquier intento de las autoridades chinas de obstaculizar el trabajo de los periodistas extranjeros. El contenido de este documento está en contradicción con el compromiso, asumido por Pekín en 2001, de conceder una total libertad de prensa", ha añadido la organización.

Reporteros sin Fronteras ha conseguido una copia de la circular, fechada en 2007, titulada "Recomendaciones de trabajo para reforzar la eficacia de la gestión después de la entrada en vigor de la Reglamentación de entrevistas de periodistas extranjeros en China, durante los JJOO de Pekín y en el período de su preparación". En ese escrito, las autoridades nacionales ofrecen su plan de comunicación y control de la información a los responsables locales del Departamento de Propaganda y Seguridad Pública.

En la introducción se precisa que las recomendaciones van dirigidas a responder a las necesidades de China Popular durante la organización de los JJOO. El plan de comunicación está articulado en seis partes: edificación de una "línea de entrevistas", mejora de la capacidad de difusión de la información, creación de un sistema de propaganda frente a los medios extranjeros, apoyo a una opinión positiva de Internet, dominio de la opinión pública frente a una crisis y formación de funcionarios en métodos de comunicación.

El plan contiene elementos positivos, entre otros la formación de funcionarios y la celebración de conferencias de prensa, destinadas a los periodistas extranjeros. Pero también incluye graves obstáculos a la libre circulación de la información.

Por ejemplo, confirma que las autoridades tienen en marcha una política activa del control de la información en Internet. "Reforzar la publicación de comentarios en la red aumenta el dominio de la opinión pública en el Net", son las orientaciones dirigidas a las autoridades locales.

Por otra parte, y continuando con la ley de gestión de crisis adoptada en 2007, a los responsables se les ordena "influir en los reportajes" sobre acontecimientos públicos imprevistos. Y más generalmente, se les pide que "refuercen la propaganda positiva" dirigida a los periodistas extranjeros.

No se pueden aceptar las agresivas campañas de las autoridades de Pekín contra los medios de comunicación extranjeros, a los que acusan de mentir, cuando en los próximos meses van a llegar a China decenas de miles de profesionales de los medios de comunicación, para cubrir los Juegos Olímpicos.

Fuente: RSF

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