Carlos Salem: “Es fácil ser asesino, lo difícil es ser padre”



El escritor y periodista argentino publica su segunda novela negra ‘Matar y guardar la ropa’ donde, con una redacción entretenida y graciosa, aborda temas como la brutalidad, la soledad del hombre moderno y la redención.

MADRID

El turco Carlos Salem tiene historias para tirar por la borda de un barco. Nació en Buenos Aires hace 48 años pero abandonó la tierra gaucha a temprana edad para dar una vuelta por el mundo.


Por casualidades de la vida cayó en Ceuta y Melilla, comunidades autónomas españolas en Marruecos, África, donde ejerció de director en periódicos de la zona como ‘El Faro’.

En es ese desértico lugar comenzó a gestar su primera novela ‘Camino de Ida’ y nació su amor por el género negro. El tiempo libre también le dio oportunidad para gestar su pasión por la poesía. “Empecé escribiendo poesía para levantarme chicas, como todos... Me encanta hacerlo porque no debo inventar personaje. Mi poesía se difunde mucho en Internet pero no me considero poeta sino una persona que escribe poesía. Lo que si he querido ser siempre es novelista”, comenta en Madrid durante la presentación de su segunda libro ‘Matar y guardar la ropa’ (editorial Salto de Página).

Su nueva obra es una novela que parodia al género negro y cuenta la historia de Juan Pérez Pérez, ‘número tres’, un asesino a sueldo que gana mucho dinero trabajando en una multinacional de la muerte. Esta actividad ha convertido su vida en un infierno ya que ha matado a 15 personas, se ha divorciado de su mujer y sus hijos no lo respetan.

Sin embargo, su destino empezará a tomar otro rumbo cuando en las primeras vacaciones con sus hijos, en un camping nudista de la localidad de Murcia, España, número dos le ordena un encargo muy extraño: Debe vigilar la matrícula de un carro que será la próxima víctima de la empresa.

“Nadie de su entorno sabe que él es el número tres de una empresa de asesinos a sueldos. Un asesino muy eficaz que no se cuestiona matar…Mi idea es plantear que ser asesino es muy fácil, lo difícil es ser padre”, señaló.

El libro de Salem está escrito con ese típico humor latinoamericano, argentino, mordaz e imprevisible y engancha desde principio a final. “No tenía intención de parodiar. No lo hago a propósito, me salen los chistes, me brotan los chistes por los poros. Mucha gente me dice ‘que divertida’ pero a mí me parece una historia triste”, dijo.

El guionista trasandino, dueño del Bukoswki Bar, ubicado en el Barrio Malasaña de Madrid y que también es un espacio literario y de rock clásico, señaló que la novela nace de una experiencia personal en la sierra de la capital española.

“Hace unos cinco años me fui a un camping a la sierra madrileña, con mi compañera de entonces, para beber bastante y montar juergas locas por la noche. Entonces, en un momento de lucidez veo un hombre muy simpático de alrededor de 40 años, muy amable, que se había colocado con sus dos hijos y una tienda de campaña al lado de la nuestra. Nosotros éramos también buena gente pero cuando volvíamos en la noche, a eso de las 3 de la madrugada, montábamos unas jodas. Ufff. Al otro día le iba a pedir disculpas pero mientras caminaba me surgió una paranoia terrible y me pregunté si este hombre se podría poner pesado o loco y me pegaba unas ‘hostias’. La verdad es que yo no sabía si este tipo era una asesino a sueldo que podía venir en la noche y nos pegaba unos ‘tiros’ por todo el ruido y la molestia que estábamos haciendo porque no los habíamos dejado dormir durante una semana”.

Por su parte, ‘Matar y guardar la ropa’ reflexiona sobre dos temas de actualidad. El primero es el tema de la brutalidad y que nadie sabe donde termina su trabajo. “Hay un tema de la brutalidad de la gente que vive fuera de la ley o que son asesinos o torturadores pero luego en la noche llegan a su casa a cuidar a sus niños y son muy buenos padre. La verdad es que somos tan ajenos en nuestro trabajo, nadie sabe que hacemos en el”.

También Salem quiso afrontar el tema de los cuarentones y que se puede asociarse a las mujeres igualmente. “Esa gente que a los 40, 45 vuelve a tener una juventud, se van de juerga con gente 20 años menores que ellos. Porque la verdad es que en la época de nuestros padres tener 40 era ya ser viejos. En cambio en este tiempo eso no pasa, aun tenemos tiempo para pasarlo bien”.

Asimismo, es un fanático del escritor maldito Bukowski, de quien tomó prestado el sexo como tema para sus escritos. “El editor me pidió sacar un poco los polvos porque los encontraba excesivos en la historia”. Además, crítica a las editoriales y a los escritores por no pensar en el lector. “Los escritores están preocupados por escribir cosas que les gusten a los editores y los editores están preocupados de publicar cosas que les gusten a los críticos, y ¡donde mierda queda el lector!. Yo escribo para el lector porque yo soy un gran lector”.

Periodista errante tiene ocho novelas más por acabar y comenzó tarde en el rubro de la edición. 20 años debió esperar para ver publicada su primer libro. Ahora que ya logró quiere seguir por la misma senda. “La novela es como la radio, cada uno le pone la imagen a la historia”, concluyó.

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